Nuestra marinera Semana Santa está a punto de comenzar nuevamente. La conmemoración del hecho más trascendental de la cristiandad se vive gracias a la tradición de las gentes de la mar que hace años decidieron agruparse en cofradías. El festejo es una liturgia vieja en las que la calle se convierte en escenario popular porque el templo se queda pequeño.
A modo de heraldo dentro de unos días, que mi buen amigo Paco Celdrán, creador y alma del portal de EOS (Encuentro y Opinión Semanasantera), se encarga de recordar día tras día la llegada de la Retreta, acto que en ocasiones pasa desapercibido para una gran mayoría de los valencianos. ¿Qué es la Retreta? Es un desfile en el que participan todas las hermandades adscritas a la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario, antaño participaban las cofradías de las tres parroquias, con acompañamiento de tambores para anunciar, en este caso por las calles y plazas del Canyamelar la llegada de las procesiones. Un acto sencillo pero lleno de simbolismo que data de 1928, fecha que coincide con la creación del Comité Central de Fiestas. Hablar hoy de la Retreta no tiene otro fin que recordar a mi buen amigo Vicente Esteve Belenguer, que Dios lo tenga en la gloria, y con el que mantuve una estrecha amistad hasta su muerte, después de encontrar en mis archivos una fotografía que le hice en su primera semana santa, anunciando la Retreta a las puertas de la iglesia del Rosario; tras ser nombrado párroco de la iglesia del Rosario; toma de posesión a la que la suerte de asistir en 1988. Vicente Este era un excelente conversador. Tuve la suerte de hacerle numerosas entrevistas, y en todas ellas se establecía una sana y fecunda conversación, en la que no faltaban las anécdotas. Su acción pastoral fue magnífica hasta que una sorpresiva enfermedad lo apartó de sus deberes sacerdotales. Vicente salió de ese tremendo trances. Volvía verlo, luego le perdí la vista hasta que un día recibí una llamada suya comunicándome que era párroco de la Real Parroquia de los Santos Juanes y, como era lógico, la amistad se reanudó hasta su retiro y fallecimiento. Mucho más podría hablar de este singular sacerdote que hoy recuerdo y que pienso que las cofradías de la Semana Santa Marinera también tendrán en mente, por aquello que fue Prior de la misma y, sobre todo, amigo.