Más de 25 años le costó al Ayuntamiento terminar el proyecto del Museo Fallero que se ponía en marcha en 1968 cuando se compró al Ejército la que había sido prisión militar de Monteolivete. La adquisición del inmueble, según me relató mi buen amigo Juan Bautista Martí Belda, a la sazón ex concejal y ex presidente de la Junta Central Fallera, la gestionó personalmente en Madrid y tuvo lugar en 1968 por nueve millones de pesetas en una subasta del Ejército; tras la compra se cedió a la Junta Central Fallera.