
Con la muerte de Juanjo Brunchú el mundo de la pirotécnia pierde a un profesional irrepetible y, sobre todo, una excelente persona. Tuve la suerte de contar con su amistad durante muchos años; años en los que las charlas sobre la empresa, sus proyectos y la tradición familiar copaban nuestros encuentros en su casa-despacho de Godella.
No puedo olvidar a su hermano Luis, el artesano del fuego que como nadie sabía bordar el cielo con imágenes y colores. Gracias a Luis supe lo que era vivir a su lado y en el centro de la plaza del Ayuntamiento el disparo de una mascletá. Ambos hermanos tienen una historia magnífica de trabajo y prestigio que se vio recompensada con innumerables premios y todo tipo de galardones nacionales y extranjeros llevando la firma Brunchú a cotas altísimas de prestigio.
Como recuerdo adjunto una fotografía personal, entre otras que guardo con mucho cariño, en la que Luis Brunchú porta el primer premio del Concurso de Mascletas de las Fiestas de la Magdalena de Castellón, y Juanjo conversando con componentes de la Generalitat Valenciana desplazados a Castellón.