Pegadito, pegadito con las Fallas se presenta la próxima semana de Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. De acuerdo con la variación de fechas, dependiente del Equinoccio de Primavera, el 22 de marzo de 2013 será Viernes de Dolor y saldrán a la calle, como es tradicional entre las corporaciones de Granaderos, las primeras procesiones. Continuando con el calendario, el día 24 de marzo se celebrará el Domingo de Ramos.
El balance de la recién acabada Semana Santa Marinera es muy positivo, sobre todo cara al visitante que este año de forma masiva acudió a la procesión de Viernes Santo, cifrado en cerca de 50.000 personas y otros tanto el Domingo de Resurrección para el que la climatología lució magnífica. Solo había que acercarse a la playa e intentar tomar una cerveza en cualquiera de sus restaurantes. En algunos, imposible. Hicieron buena caja y eso es bueno, como óptimo sería contemplar su colaboración con las cofradías de la Semana Santa Marinera. Algunas empresas hosteleras me consta que lo hacen. Ahora el resto debe subirse al carro y colaborar con los que hacen posible, este año, que se hayan duplicado los turnos de comidas y cenas.
Personalmente el Domingo de Resurrección fue muy bueno. Este año me acerqué a la demarcación de la iglesia del Rosario, en el corazón del Canyamelar, y asistí a los actos del Encuentro y posterior Comulgar de Impedidos. Tuve la oportunidad de encontrarme con viejos amigos que al verme exclamaron: ¡Ché, Ferreira quina alegría. Per qué no ven mes fill……! Toda una jerga tradicional que en lengua valenciana ni molesta ni ofende. Hay que entenderlos. El reencuentro fue motivo para tomar un café y una larga charla en un cercano bar donde se habló de los divino y lo humano y, sobre todo, de las cofradías y sus apuros para acabar el año. Lo de ajustarse el cinturón también llega a la Semana Santa Marinera que este año ha visto recortada la subvención municipal.
Como no podía ser de ora forma salió a debate la carta o más filípica que escribió Antonia Diaz Tortajada, párroco de Santa María del Mar, sobre la religiosidad en la Semana Santa. Entre otros pormenores hacía reflexionar a los cofrades de que sus asociaciones no son fallas, criticando algunas posturas y actos. La mayoría están a favor del párroco Díaz Tortajada. La verdad es que cuando este cura, que es amigo mío desde hace años, escribe o abre la boca no deja a nadie indiferente.
Con mis amigos los Pretorianos me entretuve más tiempo recordando otras épocas y otros momentos en que fuí distinguido con el nombramiento de Mayordomo de la imagen del Nazareno. La corporación pretoriana sigue, como siempre, luchando contra viento y marea por subsistir. Ahora están contentos porque se ha apuntado gente joven que puede revitalizar la asociación.
El desfile de Resurrección opté por contemplarlo desde la Avenida del Mediterráneo, lejos de la tribuna oficial de autoridades e invitados, donde también coincidí con amigos, en esta ocasión de comisiones falleras. Fue un magnífico desfile, por otro lado único en España, como distinta es nuestra Semana Santa. Ahora a preparar las próximas celebraciones para 2013 para las que habrá que ajustar la economía, pues las subvenciones no pintan bien.