El pronóstico se cumplió. Los presidentes de falla se manifestaron públicamente y 288 dijeron “no” al cambio de la fecha de San José. A favor del cambio votaron 30 y en las votaciones se registraron cuatro votos en blanco, algo que no acabo de entender en este tipo de votaciones o por el contrario puedo pensar que corresponden a cuatro presidentes que tienen escrúpulos de conciencia si no han recibido el mandato de sus respectivas comisiones para votar.
Al resultado de esta votación de las comisiones de la ciudad habrá que añadir las decisiones de las diversas fallas de las Juntas Locales las que, según informaciones, hacen prever un abrumador no al cambio.
Y ahora, como ya he reiterado en otras ocasiones, surge la pregunta: ¿El Consell aceptará la decisión del las fallas, dará marcha atrás y no se empecinará en mantener su postura de trasladar San José al tercer lunes del mes de marzo? No. He opinado desde el principio que el Consell va a piñón fijo y más temprano que tarde colocará su proyecto. ¿Qué avala mi opinión? Pues la ratifica las últimas declaraciones del conseller Castellano, que sabedor del abrumador resultado de la votación en contra, no se corta un pelo y señala que continuará dialogando con las fallas para convencerlas de los beneficios de trasladar San José al lunes.
Por otro lado cabe destacar que la subida del 21% del IVA también sobrevoló en la asamblea de presidentes. No hay nada que rascar ni ahora ni en un futuro. Es una decisión del Gobierno y nada más, quizás por ello se notó cierta resignación en los presidentes y escasas las intervenciones. La brutal subida de dicho impuesto convertido en un tsunami tanto para el artista fallero como para las comisiones no anuncia nada bueno. Su efecto ya lo notaremos este año aunque su devastador efecto lo contemplaremos el próximo ejercicio. Todo pinta mal. Las gigantescas fallas se acabarán y la asfixia económica llegará también a las pequeñas empresas que viven del colectivo fallero. El Vía Crucis con el nuevo IVA ha comenzado.
Soy uno de los presidentes que votó en blanco. Lo hice por dos motivos. En primer lugar porque en mi comisión hubo empate en la votación y en un caso como este no quise ejercer mi voto de calidad. Y en segundo lugar porque no quisimos participar de un paripé que sólo servía para enmarcar un bonito titular para la prensa. Mi comisión no entendió en ningún momento el sentido de la votación. ¿Era vinculante? ¿Servía para algo? Pensamos también que para un tema tan importante que afecta a los falleros como personas, más que como comisiones, lo más normal hubiera sido un referendum fallero. Con todo fallero censado. ¿Por qué una comisión de 500 falleros tiene el mismo voto que una de 80? Saludos.