En el año 2006, salvo error, se bendijo una nueva imagen de la Santísima Virgen bajo la advocación de la Divina Pastora, en la parroquia de San Valero y San Vicente Mártir, bajo la organización de la Cofradía de la Virgen del Carmen.
La obra escultórica, original del imaginero sevillano Javier Roan, está realizada en madera de cedro real. Es imagen de vestir, aunque el cuerpo está tallado. Sobre las piernas porta un cordero, que simboliza a Jesús, aunque el imaginero ha situado otro a sus pies representando a San Juan evangelista.
Durante la visita de la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados a Ruzafa, tuve la oportunidad de contemplarla nuevamente la imagen de la Divina Pastora, pues tuve el honor de asistir hace nueve años al acto de su bendición que estuvo a cargo del párroco José Verdeguer.
Pues bien después de despedir a la Mare de Déu y de la mano de mi buen amigo Ricardo Perea la contemplé de nuevo e hice unas fotos vestida con la indumentaria y colores propios de la Cuaresma. Esta singularidad se debe a que la imagen según los tiempo litúrgicos cambia el color de su indumentaria, como explicó Ricardo Perea. Toda una curiosidad que en ocasiones pasa desapercibida.
No puede terminar esta breve nota sin hablar del origen de la devoción en España a la Divina Pastora. Todo arranca a principios del siglo XVIII cuando el religioso capuchino fray Isidro de Sevilla, gran devoto de la Virgen María, comenzó a venerarla bajo la advocación de «Divina Pastora de las almas» tras tener una visión donde así se le aparecía. “Conmovido por la belleza de aquella imagen, acudió al taller de un famoso pintor sevillano y le pidió que dibujase en lienzo, la imagen de la Virgen en un paisaje campestre, rodeada de árboles, vestida con una túnica púrpura, una mantilla azul y en su mano un cayado pastoril”, según relata el religioso José Vicente Ciurana en su libro sobre la historia y la devoción a la Divina Pastora.
En Valencia, la devoción a la Divina Pastora fue extendida a partir de 1720 por el religioso capuchino José de Rafelbuñol quien trasmitió el culto en numerosas localidades.