A partir de hoy, Viernes de Dolores, nuestra semana santa comienza y toma protagonismo, aunque estrictamente si queremos ser fieles con la historia la semana de Pasión arranca el Domingo de Palmas y finaliza el sábado Santo.

Besamanos Dolorosa 014Nuestra Semana Santa Marinera cumple con los ritos y ceremonias propios marcados en los que el creyente participa activamente en relación con los miembros de la comunidad para rememorar los sagrados misterios de la fe. También la exteriorización que conlleva un culto religioso sirve para promover la piedad de los fieles y, por tanto, resulta consecuente que el catolicismo elaborase todo un ritual encaminado al desarrollo, incremento y reconocimiento de sus más sustanciales puntales. Así, la Redención de Cristo mediante su pasión y muerte en la cruz se ofrece como uno de los acontecimientos básicos y como fundamento de la concepción cristiana.

Por otro lado, cabe destacar que desde “la época romana se celebraban cofradías y existían hermandades, la llamadas heterías cristianas prohibidas por Trajano, encauzadas a la unidad de los fieles, asociándose éstos con una finalidad precisa: fomentar el culto mediante la me4ditación y el recuerdo de los pasajes de la vida de Cristo llevados a cabo con fervor y penitencia”, como muy bien describe el historiador Carles Devallier en su obra La Spagna.

El Viernes de Dolores está pensado para consolar a la Virgen. Al final de la cuaresma y dos días antes de la Semana Santa la cristiandad se centra especialmente en acompañar a la madre de Jesús que ha vivido momentos muy dolorosos. Siete dolores de la Virgen se cuentan: el primero cuando conoció la profecía de Simeón que anunciaba hechos tan terribles; después, la dureza de la huida a Egipto y la ansiedad por el Niño perdido; más tarde, el sufrimiento de la Calle de la Amargura, la inmensa angustia de la crucifixión, el descendimiento de la cruz y la sepultura. Dolores que van a darse en situaciones muy diferentes, algunos de una intensidad y una fuerza excepcionales como son los de la crucifixión el descendimiento y la sepultura.

Ese consuelo a la Virgen los protagonizará esta noche a partir de las 23 horas, la procesión de los Siete Dolores de la Virgen que organiza la Hermandad de María Santísima de las Angustias, adscrita a la parroquia de San Rafael-Cristo Redentor.

Por otro lado, es el día reservado a los Granaderos que sacan en procesión sus imágenes bajo distintas advocaciones, así si hoy nos acercamos al marítimo contemplaremos los desfiles de la Corporació de Granaders de la Verge, de la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles; la Cofradía de Granaderos de la Virgen de la Soledad, de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario y la Cofradía de Granaderos de la Virgen de los Dolores, de la iglesia de Santa María del Mar. Los horarios procesionales varían pues con anterioridad hay celebraciones eucarísticas en las tres parroquias. No obstante cerca de 20.30 horas sería una hora prudente para acercarse a contemplarlas. Son espectaculares.

 

La jornada de hoy finalizará a partir de las 23.30 horas con la Procesión de las Plegarias a cargo de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Palma, a más antigua de las procesionan en la Semana Santa, que partirá desde la plaza del Tribunal de las Aguas, junto a la iglesia de Santa María del Mar. Cabe destacar como curiosidad que durante el recorrido se leen rogativas anónimas escritas por los feligreses de la zona, de ahí el nombre de procesión de las Plegarias.
Para finalizar una reflexión: Parece oportuno recordar el indudable significado mariano de éste día, el Viernes de Dolores, para que sirva de ejemplo. Todos tenemos la experiencia diaria de personas que padecen dolor físico o psíquico, personal o familiar, en nuestra cercanía. Gente que está necesitada de ayuda y, con independencia de la advocación concreta de cada Virgen representada por una imagen, es una buena oportunidad para que aprendamos de su espíritu de generosidad y al final de la cuaresma una parte del intenso mundo emocional del cofrade y no cofrade se dirija también a consolar a tantos que nos necesitan.