Con el Domingo de Ramos, se inician los actos de la Pasión, dentro de una semana trágica que desembocará en el brillante y esperanzador Domingo de Resurrección. Es domingo de gozo de las palmas bíblicas a la puerta de nuestra Catedral y en puestos ambulantes, sobre todo en los alrededores del Mercado Central, aunque ya quedan pocos; gozo en los corazones infantiles al contemplar estos lugares donde se ofrecen la doradas palmas que el vendedor a trenzado caprichosamente para formar artísticos rizados que los niños llevarán en sus manos como rayos desprendidos del sol.
Comitiva a su paso frente al Hospital Arnau de Vilanova
Cabe destacar que la liturgia de la procesión de las palmas del Domingo de Ramos tiene sus orígenes en Jerusalén, donde se celebraba como recuerdo de la entrada triunfal de Nuestro Señor en la Ciudad Santa. Esta tradición de Jerusalén se fue difundiendo en Occidente por obra de los peregrinos que acudían a la Ciudad Santa. Durante la Edad Media esta procesión adquirió una gran importancia. La Bendición de las Palmas creció desmesuradamente, ocupando el centro de la celebración.
Mirando en el túnel del tiempo los que ya peinamos canas nos acordamos que a la bendición de ramos se unía la costumbre, actualmente en desuso, de colgar las palmas bendecidas en balcones y ventanas; costumbre que no era y es más que un símbolo de protección de la casa, al haber sido bendecida la palma.
Y este domingo ha sido el prólogo en la que un año más, los semanasanteros con sus caperuzas y sus túnicas de severos colores. Junto a los cirios e imágenes, inunden las calles avanzando hacia los hombres que la respetan, y ese mismo respeto hace una tradición dogmática, con un cambio ambiental en la vida de nuestra ciudad.
El sentimiento religioso y el fervor popular estarán presentes en las calles del distrito marítimo con su magnífica Semana Santa Marinera. Cada semana santa tiene su leguaje y la que hoy nos ocupa, la Marinera, es exuberante, vivaz, colorista y clamorosa, quizás porque somos mediterráneos y no austeros como en otros pueblos.
En todas las iglesias parroquiales de ha celebrado el Domingo de Ramos con la bendición de las palmas, ramas de olivo e inclusive, en algunos lugares, con ramas de laurel. En todas las parroquias que configuran la Semana Santa Marinera la bendición de las palmas tuvo lugar temprano con la habitual asistencia de las cofradías, hermandades y coporaciones.
Cabe destacar que este año, por primera vez según me señalaron fuentes eclesiales las parroquias de Santiago Apóstol, de la pedanía de Beniferri, y San Josemaría Escrivá realizaron una procesión en la que se escenificó la entrada de Jesús a Jerusalén; procesión en la que participaron feligreses de ambas parroquias vestidos con trajes de la época e incluso un pequeño borriquillo que portaba a un vecino que interpretaba a Jesús.
El desfile finalizó con una eucaristía en la espectacular iglesia de San Josemaría Escrivá a rebosar de fieles, entre los que predominaba la gente joven, aspecto éste muy significativo con la que está cayendo.