Los miramares son torres características de zonas donde abundan casas que están muy cercanas al mar. ¿Cuál era su propósito? Disfrutar de las vistas que desde estos emplazamiento se tiene del mar y también con un buen catalejo o prismáticos contemplar la llegada de las barcas de pesca.

El miramar es una habitación cuadrada, situada en la azotea del edificio,  con cuatro amplias ventanas distribuidas y coincidentes con los puntos cardinales. Aunque aparecen en el siglo XVII todavía pueden contemplarse alguno que otro, sobre todo en la zona del Cabanyal, enclave por donde de cuando en cuando paseo por sus calles y plazas, en algunos casos mostrando una vergonzosa degradación.

Según me cuentan vecinos y amigos de la zona  cuando se inició el planeamiento urbanístico de la zona de derribaron varios miramares y como consecuencia el Cabanyal perdió parte de su encanto marinero. A pesar de ello en pie quedan dos, situados en la calle de La Reina, casi enfrente de la parroquia de San Rafael-Cristo Redentor, que ilustra el presente comentario, y el que exhibe el actual Mercado del Cabanyal creado en 1958, cerrado y que los vendedores quieren rehabilitar; deseo que puede ser una realidad después de la visita del concejal Carlos Galiana que ha mostrado interés y se ha mostrado predispuesto a ayudarles. Vaya por delante que estas torres miradores tienen un gran valor patrimonial que algunos responsables políticos no alcanzaron a comprender y los derribaron. Una lástima.

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Miramar, situado en la calle de la Reina (Foto M.A.F)

Pasear por los enclaves del Grao, Canyamelar y Cabanyal es un buen ejercicio para conocer los barrios marineros y, sobre todo, descubrir curiosidades en algunos de sus edificios, calles y plazoletas. En resumen, una interesante lección de historia urbanística y ciudadana que es muy desconocida por gran número de valencianos.